(27 DE FEBRERO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.
Terquedad
Washington – Los comentarios que se hacen a nivel internacional sobre la prensa mexicana nunca han sido alentadores. Una prensa carente de investigaciones a fondo que padece del mal de la declaracionitis.
Ni cómo defendernos en esos foros internacionales cuando se habla de la prensa mexicana, pero aguántenme a las carnitas; como dirían mis padrinos, los hijos del Averno, cuando un alma se salva de ser el almuerzo para el sagradísimo Chamuco.
En Estados Unidos y, sobre todo cuando se trata de su problemática social del consumo imparable de drogas ilícitas, la prensa de ese país se traga completito el argumento vago y sin fundamento que propaga la DEA: “Nosotros los gringos somos víctimas de los malos, hay tanta droga disponible y mueren tantos de los nuestros no porque seamos unos ineptos para evitarlo, es porque los mexicanos son los culpables”.
Debo y estaría totalmente en un error si no lo hiciera, reconocer que la prensa de Estados Unidos cuando se trata de hacer reportajes de investigación de política nacional, internacional, sobre comercio, educación, ciencia y tecnología -por citar algunos temas-, puede incluso ser ejemplo del ejercicio de periodismo. No obstante, en el ámbito del narcotráfico, consumo de drogas y adicciones de la sociedad de Estados Unidos, la prensa gringa padece del mal de la manipulación.
La DEA, como lo hemos remarcado frecuentemente aquí en Entre calaveras y diablitos, lleva a cabo una especie de venganza contra el presidente Andrés Manuel López Obrador que los ha puesto en su lugar para sus operaciones en México.
Aprovechándose de la ignorancia intencional de la prensa estadunidense sobre el tema del narco, los agentes de la DEA la han utilizado para darle publicidad a información recopilada por fiscales federales en declaraciones de narcotraficantes y asesinos a quienes a cambio de hacer todo tipo de acusaciones infundadas les quieren perdonar sus pecados.
Los pilares de este tipo de propaganda que difunde la DEA entre la prensa gringa no son más que dichos de delincuentes que, desesperados por conseguir su libertad a cualquier precio, son capaces de vender el alma de su jefecita al altísimo Chamuco.
La terquedad de resaltar desinformación por parte de algunos medios de comunicación estadunidenses sobre el narcotráfico no es tanto porque lo divulgado tenga consecuencias. Creo que la reiteración de hacerlo es porque la DEA sabe que para su venganza contra AMLO le funciona a la perfección que los medios de comunicación mexicanos que estaban en la nómina de pagos de los sexenios priistas y panistas hagan eco de la ignorancia intencionada de la prensa gringa sobre el tema del narcotráfico. Hacer ruido de una nota que no es nota, es como llevar almas arrastradas y sin escrúpulos para alimentar al Chamuco.